Portada » La importancia estratégica de las certificaciones en energía: garantía de calidad, seguridad y eficiencia necesidad de innovar y mejorar las soluciones y soporte en el sector de energía renovable
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Las certificaciones son un elemento esencial para asegurar calidad, seguridad, eficiencia y sostenibilidad en el sector eléctrico. Haciendo que aquellas empresas que invierten en cumplirlos —como Socomec— no solo cumplen la normativa, sino que se posicionan como líderes en fiabilidad y responsabilidad.

En un entorno de regulaciones exigentes y exigencias de mercado, contar con estas acreditaciones ya no es una opción: es la base del crecimiento, la diferenciación y la confianza a largo plazo.

En el sector energético, las certificaciones de producto constituyen el principal elemento de confianza tanto para los usuarios como para los profesionales encargados del diseño e instalación de infraestructuras eléctricas. Siendo la única manera mediante la cual, los principales fabricantes del sector, tienen de garantizar tanto a sus clientes como a los usuarios finales de las instalaciones que un equipo o solución cumple con estándares rigurosos en calidad, seguridad, eficiencia energética y durabilidad.

Si bien es cierto que la relevancia y el papel de las certificaciones es algo común en cualquier sector, en el eléctrico y energético su peso es mucho mayor al formar parte de industrias esenciales para el desarrollo normal de nuestra vida diaria. No siendo opcional el asegurar su fiabilidad, sino algo estratégico.

De esta manera, la obtención de estas certificaciones supone una serie de pruebas independientes y auditorías continuas que validan procesos de fabricación, materiales, ensayos y rendimiento en condiciones reales. Algo que más allá de su papel como garante de ciertos valores de cara a profesionales y usuarios, en lo referente a la competencia legal, permite evitar sanciones y fortalecer la reputación; mientras que, para el mercado, permiten el acceso global y facilitan la comercialización transfronteriza.

Adaptarse a los nuevos reglamentos: una inversión crítica

En un escenario global como el actual, marcado por factores como una conciencia climática en máximos históricos y la volatilidad de los precios de la energía, los avances en eficiencia energética y seguridad son los más perseguidos por las empresas, así como los más demandados por todos los estratos de la sociedad.

De esta manera, cualquier avance en esta dirección está regulado por directivas cada vez más estrictas (por ejemplo, directiva de baja tensión, reglamento electrotécnico, normas IEC/EN actualizadas). Haciendo que las empresas deban dedicar un número cada vez mayor de recursos —tiempo, talento, capital— a asegurar que sus productos y procesos estén alineados con estas normas.

Sin embargo, para aquellas empresas más conscientes del valor que las certificaciones aportan a sus productos, negocio e, incluso, imagen de marca esta adaptación no supone un coste más, sino una inversión con un retorno más que evidente:

Reducción de riesgos: menor probabilidad de defectos, fallos o accidentes.  Acceso a mercados: muchos países exigen certificaciones como requisito previo a la importación.  Ventaja competitiva: la reputación de calidad permite diferenciación y posicionamiento premium.

Eficiencia a largo plazo: productos mejor diseñados y procesados suelen consumir menos energía y requieren menos mantenimiento. Además, es importante destacar cómo la inversión en certificaciones se encuentra también enmarcada en un contexto de sostenibilidad y responsabilidad social, cada vez más valorado por inversores, reguladores y clientes.

El compromiso de Socomec con la excelencia certificada En este sentido, quizás el ejemplo por antonomasia de empresa que entiende el valor añadido de las certificaciones en el sector energético es Socomec, compañía especializada en soluciones para monitorización, alimentación ininterrumpida (SAI), almacenamiento energético (ESS) y sistemas de supervisión eléctrica. Con un enfoque estratégico hacia las certificaciones, demuestra una comprensión profunda del valor que aportan estos reconocimientos al mercado, al cliente final y al propio proceso de innovación.

En primer lugar, Socomec publica y mantiene certificados ISO 9001 (gestión de calidad) e ISO 14001 (gestión ambiental) en múltiples centros de producción. Todos sus centros en Alsacia, por ejemplo, cuentan con certificación ISO 14001, reflejando su compromiso con una producción sostenible y respetuosa con el entorno. Estos certificados aseguran una mejora continua de procesos, reducción de impactos ambientales y una operativa basada en la eficiencia y el cumplimiento normativo. La empresa dispone además de un laboratorio propio, el Tesla Lab, que permite realizar internamente pruebas de verificación y validación de productos conforme a las normativas internacionales más exigentes.

Este centro de ensayo, con capacidad de homologación, reduce tiempos de respuesta, asegura el control de calidad desde la fase de diseño y refuerza la fiabilidad de los equipos antes de su salida al mercado. En cuanto a normativas técnicas específicas, Socomec aplica estándares como la IEC/EN 61557, fundamentales en el desarrollo de dispositivos de medida y supervisión de instalaciones eléctricas de baja tensión. Este cumplimiento no solo es una garantía técnica, sino que permite integrar sus soluciones en proyectos donde la interoperabilidad y precisión son críticas.

Asimismo, para productos involucrados en la submedición y reparto de costes energéticos, Socomec cuenta con certificaciones conforme a la directiva MID (Módulo B+D). Esto asegura que sus equipos cumplen los requisitos legales para facturación de energía, proporcionando mediciones exactas y fiables, fundamentales en entornos industriales, terciarios y residenciales. Por último, la empresa ha sido reconocida por EcoVadis con la certificación Platino, el máximo nivel que concede esta plataforma internacional de evaluación en sostenibilidad. Este reconocimiento acredita la excelencia de Socomec en políticas de responsabilidad social corporativa, gestión ambiental, prácticas laborales y ética empresarial.

Certificaciones clave en el sector eléctrico

En un sector tan crítico como el eléctrico, donde la fiabilidad, la seguridad y la eficiencia
energética no son negociables, contar con certificaciones reconocidas es una garantía
indispensable. Estas certificaciones no solo acreditan el cumplimiento normativo, sino que
validan de forma independiente la calidad y el rendimiento de los productos a lo largo de su
vida útil. A continuación, se enumeran las principales certificaciones del sector eléctrico, cadauna con su ámbito de aplicación y valor añadido.

Marca CE: acredita que el producto cumple con las directivas europeas aplicables (Baja
Tensión, EMC, RoHS, entre otras); es obligatoria para la comercialización en la UE y
declara conformidad con requisitos esenciales de seguridad.

AENOR N / HAR / ENEC: certificaciones de producto otorgadas por organismos
europeos (como AENOR o CENELEC); implican ensayos de laboratorio independientes,
seguimiento de producción y controles periódicos.

UL / CSA: normativas específicas para EE. UU. y Canadá; garantizan que los equipos
eléctricos cumplen los requisitos de seguridad frente a incendios y riesgos eléctricos
en el mercado norteamericano.

VDE: certificación alemana de alto prestigio que verifica seguridad, compatibilidad
electromagnética y fiabilidad de productos eléctricos, ampliamente reconocida a nivel
europeo.

IEC/EN 61557: norma internacional para equipos de medida, control y supervisión de
instalaciones eléctricas de baja tensión; garantiza precisión y consistencia técnica en
dispositivos críticos.

MID (Módulo B+D): certificación conforme a la Directiva de Instrumentos de Medida
(Measuring Instruments Directive); necesaria para equipos destinados a la facturación
de consumo energético, asegurando su exactitud legal.

ISO 9001: norma internacional de gestión de calidad; asegura procesos organizativos
orientados a la mejora continua y la satisfacción del cliente.

ISO 14001: norma de gestión ambiental; certifica que la empresa identifica y controla
su impacto medioambiental, mejorando su desempeño sostenible.

ISO 50001: norma enfocada en la gestión eficiente de la energía dentro de la
organización; promueve la reducción de consumos y costes energéticos.

EcoVadis: evaluación independiente de sostenibilidad empresarial basada en criterios
ESG (medioambiente, social, gobernanza); distingue a las empresas con políticas éticas
y responsables.

80 PLUS: certificación que evalúa la eficiencia energética de fuentes de alimentación,
especialmente en TI y electrónica de consumo; exige más del 80 % de eficiencia
energética en condiciones de carga específicas.

EPD / DAP (Declaración Ambiental de Producto): documento verificado que informa
sobre el impacto ambiental de un producto durante todo su ciclo de vida; promueve la
transparencia ambiental y la economía circular.

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